¿Tienes idea de en qué
mundo viven nuestros artistas?
Siguen el mismo estilo
de vida, asimilan sus valores, lo cual supone pasar mucho tiempo explorando el
<<mundo flotante>> de la ciudad. En las calles no predominaba como
ahora el ruido del tráfico, y las fábricas aún no habían absorbido el aire de
la noche, perfumado con las fragancias de cada estación.
Terminada
la Segunda Guerra Mundial, desde octubre de 1948 a junio de 1950, Masuji Ono,
un anciano pintor, recuerda su vida y reflexiona sobre su carrera artística, en
un intento de comprender una realidad que cada día le resulta más compleja, en la
que cada día se siente más ajeno. Descubriendo que su época se volvió una
versión susceptible de múltiples y contradictorias interpretaciones. Una trama
compleja de instantes perfectos y decisiones erróneas, de heroísmos y
traiciones.
Ono eligió
abandonar las tradiciones pictóricas de sus maestros, los pintores del mundo
flotante de los barrios de placer, donde las cosas más bellas se construyen en
la noche y se desvanecen en la mañana, para dedicarse a exaltar un presente más
heroico y menos fugaz.
Lo mejor en
la vida se vive una noche y desaparece con el día. Eso que la gente llama el
mundo flotante.
La belleza
más delicada y pura que un artista espera poder atrapar, vaga siempre por esos
sitios cuando ha caído la noche. No es fácil apreciar la belleza de un mundo
cuando se duda de su valor.
Kazuo Ishiguro
nace en Japón 8 de noviembre de 1954 pero a los seis años se traslada a
Londres, donde termina fijando su residencia.
Sus novelas se caracterizan por una psicología de angustia y recuerdo
del pasado, con escasos personajes y un hilo argumental débil, muy al modo
oriental.
Li. Lo.
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