domingo, 7 de enero de 2018

Un lugar llamado Nada -Amy Tan-


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La historia narra las vicisitudes de un grupo de acomodados californianos que se pierden en las selvas de Birmania durante un viaje cultural en unas fiestas de Navidad. La organizadora del viaje había sido Bibi Chen, experta en arte asiático, que muere en extrañas circunstancias poco antes de partir. Es ella, o mejor dicho, su espíritu, quien narra la historia. Sus doce “amigos” deciden, pese al dramático acontecimiento, continuar con los planes previos, seguros de que el “espíritu” de Bibi, como así ocurre, los acompañará durante el viaje. Ya en Asia, once de ellos inician una excursión de la que no regresarán. Llegan a un lugar llamado Nada donde la tribu de los Karen se ha refugiado huyendo de las atrocidades del dictatorial ejército birmano. Uno de los miembros del grupo es el adolescente Rupert, en quien los nativos, fundamentalmente por su habilidad en hacer trucos de cartas, verán al salvador, la reencarnación del “Hermano Menor Blanco”, que han estado esperando durante más de cien años: de igual forma que hace desaparecer las cartas a su antojo también les hará a ellos invisibles.

Pero si de nombrar un protagonista se trata, en esta novela de vocación coral el personaje principal sería Harry Bailey, el miembro del grupo que no se pierde, popular presentador televisivo de un programa de animales. Es Harry quien dará a conocer al mundo la desaparición, el “secuestro”, de sus compañeros en una trama donde los intereses de las cadenas televisivas, que encuentran en el acontecimiento un auténtico “culebrón”, se entremezclan con manipulaciones de índole política.

En la introductoria “Nota para el lector” afirma la autora que “queremos creer que existe realmente el mundo al que accedemos a través del portal de la imaginación ajena y que el narrador está o ha estado entre nosotros.” (pág. 9) Y ésa es la piedra angular del “sui generis” modelo narrativo. El espíritu de Bibi es el “médium” (nunca mejor dicho) mediante el que conocemos no sólo a los personajes, sino todo tipo de reflexiones: “Resulta asombrosa la facilidad con que la gente entrega las riendas a quienes asumen el poder.

El Club de la Buena Estrella -Amy Tan-

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«… Así es como se curra una herida: empieza a cerrarse sobre sí misma, a proteger lo que duele tanto y, una vez cerrada, ya no ves qué hay debajo, eso que provocaba tanto dolor.»

Una reunión de cuatro mujeres de origen chino: Suyuan, An-mei, Lindo y Ying-ying. Cuatro mujeres llenas de temores,  mujeres que debían sobrellevar sus propias desgracias. Pero que además compartían el anhelo de vivir, las esperanzas de sobreponerse a las tragedias, el deseo de una vida feliz a pesar de todo.
La historia está llena de sensibilidad, los relatos tanto de las madres (fundadoras del club) como de sus hijas, son estremecedoras y a la vez llenas de ingenio. Mientras cada una de las protagonistas nos revela sus secretos, nos van mostrando sus verdaderos pensamientos y sentimientos, la verdad sobre sus vidas.

“Cada semana una de nosotras daba una fiesta a fin de recaudar dinero y levantarnos el ánimo. La anfitriona tenía que servir comida especial para invocar la buena suerte en todos los aspectos de la vida… Tras llenarnos el estómago, llenábamos un cuenco con dinero y lo colocábamos a la vista de todas. Entonces nos sentábamos a la mesa de mah jong… Teníamos que jugar con seriedad y no pensar en nada salvo en aumentar nuestra felicidad ganando la partida. Volvíamos a darnos otro festín, esta vez para celebrar nuestra buena suerte, contando historias sobre los buenos tiempos pasados y los que aún estaban por llegar…
Así pues, decidimos celebrar las fiestas, como si cada semana llegara el Año Nuevo. Cada semana podríamos olvidar el daño que nos causaron en el pasado. No nos permitíamos albergar un solo pensamiento negativo. Comíamos, reíamos, jugábamos, perdíamos y ganábamos, contábamos las mejores historias. Y cada semana podíamos confiar en que nos sonriera nuestra buena estrella. Esa esperanza era nuestra única alegría. Y por eso dimos a nuestras reuniones el nombre de “El Club de la Buena Estrella”.