Mentira es sin duda
uno de los mejores relatos que he leído este año, y Enrique de Hériz será
siempre uno de los mejores escritores que he leído.
La trama se desencadena con la insólita decisión de Isabel García Luna, una
antropóloga experta en ritos mortuorios, de emprender un viaje solitario a
Guatemala. Sin embargo, su destino no es la investigación académica, sino un
retiro introspectivo en la selva de Sayaxché, Petén, una búsqueda personal
entre el encuentro consigo misma o la posibilidad de un adiós definitivo. Sin
embargo, un inesperado incidente la convierte, a ojos del mundo, en una difunta
desfigurada, un error que la confronta con su propia esquela y la repatriación
de sus "cenizas".
A partir de este punto la novela se articula a través de dos voces
femeninas: la de la propia Isabel, inmersa en la soledad de la selva guatemalteca
y en la revisión de su vida; y la de su hija Serena, en la costa de Malespina, Barcelona,
quien desde la distancia lidia con la ausencia y se sumerge en la
reconstrucción del pasado familiar. Serena vuelca en su diario sus dudas e
indagaciones, intentando dar sentido a las historias legendarias que su padre
les narraba sobre su propio progenitor, Simón, una figura que ha trascendido la
realidad para convertirse en mito familiar.
Me parece extraordinaria y
maravillosa la forma en que De Hériz construye una narrativa impecable, donde
los relatos de Isabel en su aislamiento selvático, sus reflexiones sobre sus
tormentos y anhelos, se alternan y complementan con la búsqueda de Serena en
los recuerdos familiares.
A pesar de lo extenso del relato nada
sobra o falta en su construcción; cada detalle, cada revelación, contribuye a
un tapiz de historias y leyendas perfectamente entrelazadas que exponen la vida
de una familia marcada por secretos y ficciones.
Me encanta el análisis psicológico que lleva a cabo de las relaciones familiares y el estudio de las ficciones como fuente de la identidad humana, y el estudio de los ritos sobre la muerte que practican diversas culturas. ¡Inolvidable lectura!
“…Porque las mentiras suelen quedar atrapadas en
los fundamentos del castillo de naipes con que vamos construyendo la vida. A
menudo, basta con retirar una para que el edificio entero se desmorone. Optamos
entonces por lo contrario: añadir más naipes falsos, apuntalar como sea el
vulnerable castillo de nuestras ficciones, trazar mentiras como paredes
maestras.”
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