“Ahora mismo estoy calculando cuánto tardaría en salir corriendo del coche y llegar hasta Nina si ella corriera de pronto hasta la pileta y se tirara. Lo llamo “distancia de rescate”, así llamo a esa distancia variable que me separa de mi hija y me paso la mitad del día calculándola, aunque siempre arriesgo más de lo que debería.”
Distancia de rescate es una novela bastante breve que,
aunque es cierto que al inicio resulte un poco confuso y difícil de entender, a
las pocas páginas entiendes de que va el relato y te engancha de inmediato. Un
diálogo inquietante entre Amanda, una mujer moribunda, y David, un niño que la
interroga. Toda la historia ocurre en la mente de Amanda mientras yace en una
cama de un hospital rural, intentando reconstruir los eventos que la llevaron a
esa situación crítica.
El relato gira
en torno a la preocupación constante de Amanda por lo que ella llama la
"distancia de rescate", la extensión que puede haber entre ella y su pequeña
hija, Nina, antes de que algo malo le suceda y no pueda protegerla. Esta
ansiedad materna es el motor de gran parte de su monólogo interno y de su
interacción con David.
Amanda y su
pequeña hija llegan a un pueblo rural de Argentina para pasar las vacaciones, y
allí conocen a Carla, una vecina. Carla le cuenta a Amanda una historia
perturbadora sobre su propio hijo, David. Cuando David era muy pequeño, enfermó
gravemente después de beber agua contaminada de un río. Desesperada, Carla
recurrió a una curandera local para salvarlo. La curandera realizó un ritual
que, según Carla, logró "trasladar" la parte enferma del cuerpo de
David a un cuerpo animal, salvándolo, pero al mismo tiempo dejándolo diferente,
vacío de alguna manera y con un comportamiento inusual.
A medida
que Amanda y Nina pasan tiempo con Carla y David, Amanda empieza a sentir una
creciente inquietud. David, aunque aparentemente sano, muestra una extraña
desconexión y una obsesión inusual con los caballos. La atmósfera del pueblo se
vuelve opresiva, y los elementos de la naturaleza, como el agua y la tierra,
parecen estar contaminados o ser portadores de algo maligno.
La tensión
culmina cuando Amanda y Nina también empiezan a sentirse mal después de un
encuentro en un rancho de caballos, especialmente después de que Nina tiene
contacto con el agua del lugar. La novela no ofrece explicaciones claras ni un
desenlace tradicional, sino que se centra en la sensación de amenaza inminente,
el miedo a lo desconocido y la fragilidad de la vida frente a fuerzas
incontrolables.
Distancia de rescate es una indagación de los miedos
maternales, la contaminación ambiental, la superstición y la fragilidad e inocencia
de la niñez, todo envuelto en una atmósfera de pesadilla y con una estructura
narrativa que mantiene al lector en un estado de constante incertidumbre. Un
relato que te roba el aliento y te conmueve en cada página, que sin duda
recomiendo a quien sea, con excepción quizá de mujeres con hijos pequeños o en
espera de estos, creo sin duda que las traumatizaría.
“Le suelto las manos. Se anuda la distancia
de rescate, tan brutalmente, que por un momento dejo de respirar. Pienso en
salir, en bajar de la cama. Dios mío, pienso. Dios mío.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario