“No soportaba la idea de estar obligada a vivir esa pantomima de oficina
a perpetuidad para poder pagarme cosas como un alquiler o la comida o un libro
o un fin de semana en la playa. Me desmoronaba cada mañana cuando sonaba el
despertador porque la vida, vivida de este modo, me parecía una tragedia mal
escrita, aburrida y estéril, sin gracia y, lo peor de todo, sin contenido, y
sentía ganas de agarrar por los hombros a gente aleatoria de camino al trabajo
para preguntarles por qué ellos no estaban igual que yo.”
En el Descontento, Beatriz Serrano, profundiza en la compleja
insatisfacción de la sociedad moderna, particularmente entre una generación que
lucha con la brecha entre las expectativas y la realidad, utilizando un tono
ingenioso, perspicaz y a menudo autocrítico para describir el mundo interior de
su personaje principal.
La historia narra la vida
de Marisa, una joven que vive en Madrid, y que trabaja en una agencia de
publicidad, y que a pesar de ser un trabajo estable, no despierta en ella
pasión alguna, lo cual se convierte solo en un medio para un fin más que una
fuente de autorrealización. Marisa siente una profunda y persistente sensación
de inquietud e insatisfacción. Este "descontento" no está ligado a una
tragedia específica o a una crisis externa, sino a un malestar existencial.
La vida de Marisa se
presenta como un reflejo o una ejemplificación de una generación a la que se le
prometió una cierta trayectoria —educación que conduce a carreras gratificantes,
relaciones estables y bienestar general— pero que se encuentra navegando por la
precariedad, las presiones de las redes sociales y una comparación constante
con vidas idealizadas.
La vida de Marisa es aparentemente normal, sin embargo, experimenta constantemente la
sensación de estar a la deriva, de carecer de propósito y de estar generalmente
insatisfecha a pesar de no tener una razón clara para ello. Ese aburrimiento abrumador que le consume la
vida, salvo el tiempo que permanece enganchada a YouTube, viendo toda clase de videos
que le proporcionan breves placeres. Ella intenta comprender la raíz de
su infelicidad y encontrar algo que realmente resuene con ella, prueba
diferentes vías, pero el descontento a menudo persiste y se acrecienta.
Este relato de Beatriz
Serrano me parece extraordinario, maravilloso, que no solo te estremecerá de
dolor y arrancará unas cuantas risas, sino carcajadas, por la ingeniosa e
irónica forma en que lleva a cabo esta historia. Una novela que recomiendo
muchísimo y por distintas razones.
“Despertarnos,
ducharnos, vestirnos, ponernos guapos, fantaseando con que quizás ese día no
será como los demás. Pienso en si, en el fondo, no estará todo el mundo igual
de desesperado por sentir algo distinto: el vacío en el estómago cuando te
montas por primera vez en una montaña rusa, la calidez cuando llegas a casa
después de pasar unas semanas fuera. Recuerdo esa sensación. Debe de estar por
algún lado.”
Li. Lo.
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