martes, 30 de septiembre de 2014

La balada del café triste -Carson McCullers-


…El corazón herido de un niño se encoge a veces de tal forma que se queda ya para siempre duro y áspero como el hueso de un melocotón. O al contrario, es un corazón que se ulcera y se hincha hasta volverse una carga penosa  dentro del cuerpo, y cualquier roce lo oprime y lo hiere.”
La balada del café triste, título de la historia principal, recoge siete relatos: La balada del café triste, Wunderkind,El jockey, Madame Zilensky y el rey de Finlandia, El transeúnte, Dilema doméstico, Un árbol. Una roca. Una nube. Cada uno de ellos es un pequeño microcosmos de la temática recurrente de Carson: la soledad, el aislamiento asociados con el amor y la importancia de las relaciones triangulares insostenibles.
En La balada del café triste encontramos distintas voces que se mezclan, tragedias en el mundo adulto, la inocencia engañada, mucho whisky y lugares donde la soledad se acentúa. Personajes que buscan algún lazo aunque sea en vano para engancharse, para enganchar su vida a algo o alguien.
Lula Carson Smith, novelista, cuentista y dramaturga, nació en Georgia en 1917. Su vida está marcada por una enfermedad de infancia mal curada y por el matrimonio con James Reeves McCullers, que fue, a la vez, la relación más solidaria y destructiva en la vida de Carson. Ambos tuvieron dificultades compartidas: alcoholismo, ambivalencia sexual y tensiones generadas por la envidia de él hacia ella.
A los cincuenta años, Carson muere a causa de un ataque, no sin antes empezar su autobiografía, Iluminación y fulgor nocturno, donde declaraba: "Pienso que es importante que las futuras generaciones de estudiantes sepan por qué escribí ciertas cosas; pero a mí también me importa saberlo".   

"Entre los parroquianos había una mujer alta y fuerte como una giganta y, pegado a sus talones, un jorobadito. Los observé una sola vez, pero fue al cabo de una semanas cuando tuve la iluminación de The Ballad of the Sad Cafe".

Una de las características más destacables de la narrativa de Carson McCullers en comparación con todos los escritores norteamericanos del siglo XX es que la frontera entre la ficción y la realidad es muy borrosa. "Todo lo que sucede en mis relatos, me ha sucedido, o me sucederá". La visión se convierte en iluminación. La giganta se convierte en Miss Amelia, el jorobadito en el primo Lymon y Carson los mezcla con su propia vida, con ese triángulo amoroso que aconteció en su vida; claro que no solo nos deja entrever un retazo de su biografía sino que la exagera, la proyecta hacia la poesía de la prosa creando un universo ambiguo y lírico donde la melancolía se nos aparece sin cesar.

Carson, con su narración llena de sensibilidad rememora la adolescencia y la infancia, nos presenta cuentos que ya no son para niños. Los personajes rozan lo grotesco, lo inquietante y lo estigmatizado. 


Li.Lo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario