Empezaré diciendo que ésta es la primera reseña que escribo sobre un libro en la cual no cito ninguna frase o fragmento de la lectura, simple y sencillamente porque no había de dónde coger nada que valiera la pena resaltar, porque es uno de los peores libros que he leído en mucho tiempo. No lo recomiendo, y más honesta aún, quizá es que ni siquiera merecía una reseña (como me he abstenido con otros), pero en este caso hago la excepción únicamente porque, sin duda, habrá muchos quienes piensen que por ser de un escritor reconocido y que ha escrito muchos libros, este valga la pena ser leído… pues no, en absoluto, es todo lo contrario.
Kyle McAvoy creció en el pequeño bufete de su
padre, en la ciudad de York, Pennsylvania. Sacó excelentes notas durante toda
la carrera de Derecho y fue elegido editor jefe del Yale Law Journal. Le
esperaba un brillante futuro profesional.
Pero Kyle también tiene un secreto, un episodio de
su vida de estudiante que le gustaría olvidar. Un secreto que acaba en manos de
gente que lo presiona para que acepte un puesto que no le gusta, aunque se
trate de un trabajo que haría soñar a la mayoría de los profesionales de su
edad. Por tanto, en cuanto se licencia en la Universidad de Yale entra en uno
de los bufetes más grandes del mundo, donde tendrá que mentir y robar
documentos si no quiere acabar en la cárcel.
Ese es el argumento del libro, que pareciera ser un buen
relato, pero entonces te topas con una historia que en sí es tan absurda, un
repetir sin sentido de hechos nada creíbles y personajes que por momentos te
hacen pensar que van hacia alguna dirección, pero nada, es como tener frente a
ti varios caminos, vas en una vía que pronto desaparece, retrocedes, vas por
otro y tan pronto como el anterior se acaba, y esto se repite una y una través,
hasta que se acaba la lectura, sin cierre, todos cabos sueltos, sin respuesta a
tantas preguntas. Brutal pereza hasta la última página.
Este es un comentario que encontré en la web, de alguien (Ana G.) sobre este libro, que
decía, entre otras cosas: “me pregunté
cómo John Grisham pudo publicar tantas novelas, pero ahora lo entiendo.
Realmente no llamaría a esto escribir, sino simplemente pensar en voz alta y
llenar páginas. Tanta repetición. Desarrollo cero del personaje. Acciones y
reacciones inverosímiles. Una lectura muy frustrante…”, con lo cual estoy
completamente de acuerdo.
Li. Lo
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