lunes, 29 de diciembre de 2014

El hijo del viento -Hennig Mankell-


“Soy un niño”, se dijo. “He viajado demasiado lejos. Mis padres y las demás personas con las que vivía están muertas. Y aunque así siguen vivos. Aun así me son más cercanos que el hombre llamado Padre y esa mujer que no se atreve a aproximarse a mí lo suficiente para que pueda tocarla. Mi viaje a sido demasiado largo. Estoy en un desierto que me es ajeno y los sonidos que me rodean me resultan extraños”
Este es uno de esos libros que se prende en tu mente y corazón, que parece haber sido escrito para que, una vez leído se quede para ser recordado siempre, dando una gran lección. ¡Magnifico y estremecedor!
Un sueco de nombre Hans Bengler, quien al abandonar sus estudios de medicina, decide viajar a África, con la intensión de encontrar un insecto extraño, que aun no haya sido descubierto y así hacerse famoso con este. Luego de una ardua y prolongada travesía por el desierto de Kalahari, llega a una pequeña estación de comercio, donde es recibido por otro sueco, llamado Wihelm Andersson. Una mañana, Andersson trae consigo a un niño que ha quedado huérfano. Bengler impresionado al ver al niño, impulsivamente decide adoptarlo y llevarlo con él de regreso a Suecia, y desde ese momento le da el nombre de Daniel.
Durante el viaje de vuelta, Bengler se topa con una tras otra dificultad y prejuicios hacia el pequeño, de la cual trata de sacar provecho por la falta de dinero y a la vez hacerse de buena fama. Mientras tanto Daniel, o Molo como en realidad se llama, se siente solo, triste, traicionado y sobre todo, ansía volver a África.
“Fue una espera sin contenido, sin desasosiego, sin sueños, como si fuese una losa plana y fría por dentro…

Aquí estoy, aunque no tengo idea de dónde.”


Li.Lo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario