viernes, 5 de diciembre de 2014

LA NIÑA DEL ARROZAL -José Luis Olaizola-


“Querida niña del arrozal, te llaman así, ¿no?, ten por seguro que no vas a volver al prostíbulo”…

Este es un relato tan realista, triste como estremecedor. Es la historia de Wichi, una niña tailandesa, que hasta sus doce años de edad ve su felicidad desvanecer y su vida cambiar drásticamente. Primero sufre al ver a sus padres discutir y pelear constantemente  a causa de las ambiciones y vicios de su madre, lo cual provoca que su padre las abandone. Mientras Wichi sufre por el abandono de sus padres, porque la madre también se desentiende de ella, la pequeña cuenta únicamente con el cariño y cuidado de Siri, una sirvienta que atiende en casa de la niña, más por compasión y único deseo de protegerla, que por dinero, ya que no hay quien le pague un centavo. Así pues, cuando un día la madre muere por enfermedad, la niña cae en manos de la abuela materna, la cual no único que quiere es prostituir a la péquela, venderla al mejor postor y así obtener mucho dinero. Siri al darse cuenta de esto, decide escapar con Wichi para evitar que le arruinen la vida. Es así como ambas huyen aventurándose en nuevas vivencias que las llevan a trabajar en un arrozal en donde son bien recibidas y se sienten a gusto.  Es allí donde la llegan a llamar la niña del arrozal. Pero al cabo de un tiempo la abuela las localiza y llegan a por la niña y encierran en una prisión a Siri. Ambas sufren la separación y temen lo peor la una de la otra. Llegado a este punto todo parece perdido, pero el destino (y la fe que las  dos le profesan a su Dios personal) se encarga de que, después de tanto sufrimiento, la vida les vuelva a sonreír y todo cambie por fin para bien.


Li.Lo.

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