Leer este libro no
evitará la idiotez, pero ayuda a prevenirla.
“… Decidí entonces, a
los cinco años de edad, ser el perfecto simulador de la felicidad, un
profesional de la dicha, y simultáneamente comencé mi célebre investigación
acerca del conocimiento de la misma.”
Víctima de la insensatez zoológica de la segunda posguerra
europea. El personaje de este relato es alguien que se empeña en una afanosa y
monotemática investigación de la felicidad, que le conduce fatalmente a la
ruina.
Fragmentos de cuerpos, de objetos, de pensamientos. Un mundo hecho
pedazos, de imposible recomposición, esparcidos sin orden en el teatro ruinoso
de mi memoria. La visión de un idiota.
Li.Lo.
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