sábado, 26 de julio de 2014

El proceso -Franz Kafka-



<<El proceso se acaba de iniciar y usted conocerá todo en el momento oportuno>>
Una mañana cualquiera, José K., joven empleado de un banco, se despierta en la pensión donde reside con la extraña visita de unos hombres que le comunican que está detenido –aunque por el momento será libre-. Le informan que se ha iniciado un proceso en su contra, y le aseguran que conocerá los cargos los cargos a su debido tiempo. Así comienza una de las más memorables y enigmáticas pesadillas jamás escritas. Para Josef K., todo supone una toma de conciencia de sí mismo, un despertar que le obliga a reflexionar sobre su propia existencia.
Kafka no esconde en ningún momento (y parece empeñarse en que se note) el cuadro de factores que determinaron su dramática vida de hombre y, consecuentemente, su trabajo de escritor: el conflicto con el padre, la falta de entendimiento con la comunidad judaica, la imposibilidad de dejar la vida de celibato por el matrimonio, la enfermedad.
<< Vivo en medio de mi familia, entre las mejores y amorosas personas que se puede imaginar, como alguien más extraño que un extraño. Con mi madre, en los últimos años, no he hablado, de media más que veinte palabras por día, con mi padre jamás intercambié otras palabras que las de saludo>>. Será necesario estar muy desatento a la lectura para no percibir la dolorosa y amarga ironía contenida en las propias palabras.
En la primera edición de El proceso de 1925, Max Brod comentaba que el manuscrito no llevaba título. Sin embargo, Kafka, como Max Brod documentó, siempre se refirió al texto con esa denominación. Por regla general, Kafka se decidía por un título definitivo una vez concluida la obra. No se puede excluir, por consiguiente, que El proceso, fuese sólo un título provisional. 


Li.Lo

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