Antes de hablar sobre esta breve y magnífica
obra, quisiera hablarles algo sobre el autor, tan reconocido autodidacta,
finísimo estilista de la lengua alemana y provista de una mirada capaz de destripar
la realidad con la más suave ironía. Robert Walser (Bienne, Berna 1878-
Appenzell 1956), escritor suizo en lengua alemana, su vida es conocida como una
de las más apasionantes tragedias de la literatura centroeuropea, antes de
sucumbir a una enfermedad mental de origen hereditario. Un autor tan admirado
por escritores como Kafka, Thomas Mann, Musil, Canetti, Walter, Benjamin o
Claudio Magris, entre otros. Robert Walser es autor de relatos y novelas en los
que supo instilar el misterio y el absurdo de la vida cotidiana. Entre sus
obras destacan Los hermanos Tanner
(1907), El ayudante (1908), y sobre todo Jakob Von Gunten (1909).
Su obra El paseo, olvidada durante mucho tiempo, está considerada actualmente como
una de las más originales de la literatura en lengua alemana del siglo XX.
El
paseo. Un poeta sale a pasear y ante su mirada se alternan la belleza
de la vida y el absurdo de las convenciones de la sociedad, el sonido de una
voz que canta y el espectáculo del gran teatro del mundo. Entre la crítica y la
más pura de las reflexiones, El paseo es
una espléndida muestra del arte.
“¿Considera usted del todo imposible que en un suave y
paciente paseo encuentre gigantes, tenga el honor de ver profesores, trate al
pasar con libreros, empleados de banca, hable con futuras jóvenes cantantes y
antiguas actrices, coma con ingeniosas damas, pasee por los bosques, envíe
peligrosas cartas y me bata violentamente con insidiosos e irónicos sastres?
Todo esto puede suceder, y creo que de hecho ha sucedido… Al paseante le
acompaña siempre algo curioso, reflexivo y fantástico.” Con voz cortés, en
extremo cautelosa, y las expresiones comprensibles, más escogidas, me informé
acerca de lo último y lo mejor en el campo de las bellas letras.”
Pasión y agudeza lingüística que pueden
apreciarse en algunos pasajes como estos:
“Al diablo con el ansia miserable de parecer más de lo
que se es. Es una verdadera catástrofe, que extiende por el mundo el peligro de
guerra, la muerte, la miseria, el odio y las heridas y le pone a todo lo que
existe una indeseable máscara de maldad y fealdad.”
“… No comprendo ni comprenderé nunca que pueda ser un
placer pasar corriendo ante todas las creaciones y objetos que muestra nuestra
hermosa tierra, como si uno se hubiera vuelto loco y tuviera que correr para no
desesperarse miserablemente.”
“Es visiblemente hermoso y bueno, sencillo y
antiquísimo, ir a pie. Suponiendo que zapatos o botas estén en condiciones”.
Li.Lo.
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