sábado, 8 de octubre de 2022

La gente en los árboles -Hanya Yanagihara

 

“Me despierto por las mañanas y hago mi vida, como siempre, pero por las noches aplazo invariablemente el momento de meterme en la cama, deambulo por el piso, me asomo a la noche, me pregunto qué se me ha olvidado. Voy tachando las decenas de tareas insignificantes que en una jornada normal llevo a cabo sin pensar, hasta que, por fin, con mucho pesar, me acuesto. Solo cuando estoy a punto de quedarme dormido recuerdo que la pauta misma de mi existencia ha cambiado, y entonces experimento una punzada de melancolía.”

 

Esta es una historia tan cautivadora y escalofriante como Tan Poca Vida (primera novela de Hanya Yanigihara), con personajes tan cautivadores como despreciables que te quitan el aliento.


El personaje principal, Abraham Norton Perina, es un reconocido inmunólogo, quien es detenido por un presunto delito de abusos sexuales. A Perina, se le acusa de tres delitos de violación, tres de corrupción de menores, dos de agresión sexual y dos de abusos sexuales por prevalimiento. La primera de las acusaciones la realizó uno de sus hijos adoptivos.


En el año 1950 el Dr. Norton Perina se unió a una expedición a una isla de la micronesia, allí descubre la longevidad extrema de los nativos de la isla y, fruto de esas investigaciones le vendría el Premio Nobel. Perina, desde La cárcel escribe su historia y se la va enviando a Ronald Kubodera, quien fuera su asistente y quien cree incondicionalmente en su inocencia. Kubodera es quien transcriba y relata la historia de Perina.

Lo primero que descubrimos en la novela, es la adoración que Kubodera siente por el protagonista, Norton Perina. No duda en ningún momento de su inocencia, y tampoco duda en cargar contra quienes le declaran culpable, ya sea la sociedad, la prensa o el jurado de personas intelectualmente inferiores al acusado, lo que cataloga de humillante. Sin embargo, no tarda en ser Perina quien tome la palabra al relatarnos sus memorias, quedando Kubodera como simple anotador en su papel de mejorar la imagen que el propio Perina va dando de sí mismo hasta terminar por revelarnos de este modo todos sus pensamientos sobre él.

Perina se descubre como un hombre cruel ya desde joven, ni siquiera la noticia de la muerte de su madre parece conseguir que llore. Juez duro e inflexible del mundo en el que vive muestra una atracción por la medicina ya en su infancia. A medida que el relato avanza, llegamos a la prometida expedición en la que comenzará su carrera al Nobel. Pero hay mucho más en la novela de Yanagihara. Y es que, esa isla maravillosamente inventada y llena de detalles es el verdadero centro de la novela. Por un lado, está el descubrimiento de los "soñadores", personas extremadamente longevas que pese a ir sufriendo un deterior cognitivo tremendo, se acercan a ese concepto de inmortalidad perseguido por el hombre desde el principio de los tiempos. Eso hace que Perina vea en ellos su mayor logro, su mejor meta, y decida investigar. Descubre que la longevidad se asocia al consumo de la carne de una tortuga y no duda en cazarla ni tampoco en utilizar a unos nativos en sus investigaciones. Sigue siendo el mismo niño implacable que conocimos en las primeras páginas de su relato. Perina comienza a retratarse como lo que realmente es y una vez más el lector es incapaz de despegar la vista de las páginas de Yanagihara.
   
 Y, sin embargo, más allá de esta historia, la novela es una crítica brutal a lo que hace la civilización cuando desembarca en una de estas islas que parecen vestigios de un paraíso ya pisoteado por el hombre. Los experimentos, la búsqueda de las tortugas, las industrias farmacéuticas que quieren llegar y ser las primeras en comercializar el hallazgo, la ciencia, el conocimiento... ninguno de ellos parece pararse a pensar en el impacto que suponen en esta isla. A nadie parece importarles las vidas que están cambiando de la noche a la mañana de esas personas a las que nadie ha pedido opinión. Así pues, esta novela sobre abusos trata de muchos tipos de abusos que se producen en la sociedad actual, y hace una crítica durísima a los mismos. La moralidad puesta sobre la mesa de algunos actos que se justifican o se tratan de justificar en el mundo que vivimos deja la decisión sobre este juicio no realizado en manos del lector en una novela que no busca razonar el bien o el mal, solo mostrar los hechos de una forma frontal. Y posiblemente ese sea uno de los grandes puntos fuertes de la novela.

     La gente en los árboles es un libro magnífico. Una historia contada a dos voces que en realidad es una sola con un par de protagonistas escalofriantes a ratos, diferentes e inolvidables al menos por una larga temporada. De hecho, es de esas historias a las que uno sobrevive con alguna marca; no es posible sentir indiferencia ante las letras de Yanagihara.

“…como uno de los raros momentos en que uno siente que las placas del mundo se mueven bajos sus pies y la vida cambia para siempre: a un lado de la tierra que se sacude se encuentra el pasado y, al otro, el presente, sin posibilidad de que ambos vuelvan a soldarse”.



Li.Lo